No borréis mi infancia
No me acuerdo el día en que os conocí, porque toda mi vida ha sido siempre con vosotras. Lo que sí que recuerdo son los momentos que pasamos juntas, hay ¡tantas cosas que podría contar! Recuerdo nuestros encuentros cada tarde en la esquina próxima al colegio, los largos ratos que pasábamos allí. Jugábamos a caminar por la sombra de los fanales, al pilla-pilla, al escondite, a “tris-tras”… Jugábamos a las telenovelas, a los teletubbies y a las tres mellizas. O más bien pasábamos el rato discutiendo sobre quién interpretaba a cada personaje. Jugábamos a bailar y a hacer concursos. Jugábamos a ver quién era capaz de subir por la reja más rápido, y recuerdo que yo siempre perdía. Recuerdo nuestros momentos en la fuente seca de la entrada del colegio. Allí subíamos, dábamos vueltas o nos sentábamos a hablar… También recuerdo cuando volvíamos a casa haciendo un trozo de recorrido juntas, siempre por el mismo camino. Recuerdo que muchas veces parábamos en el quiosco a comprarnos chicles o pulseras. Y a veces íbamos al supermercado a comprar gelatinas de esas que tanto nos gustaban.
También en el patio estábamos siempre juntas, y jugábamos a mil cosas distintas. Nos peleábamos y al cabo de unos días nos volvíamos a reconciliar. ¡Cuántas charlas tuvimos en aquel espacio! ¡Cuántos recuerdos! Y qué decir de las tardes que pasábamos juntas en casa de una o de la otra… Recuerdo el banco al que nos sentábamos, en el que jugábamos, en el que saltábamos y dónde hacíamos bailes. Y recuerdo nuestros juegos de dependientes con la caja registradora, y nuestras tardes de merienda y deberes. Y también recuerdo nuestras llamadas a un programa musical de la televisión para que nos pusieran nuestras canciones favoritas ¿Y cuándo jugábamos al escondite terrorífico en casa? Con las luces apagadas una contaba, y las otras se escondían por las distintas habitaciones, esperando para asustar a la que después buscaría a las otras. Nos encantaban las historias de terror que nos contábamos y hasta en un par de ocasiones hicimos la “guija”. Y no puedo olvidar los DVDs de miedo que veíamos, acompañados de un buen polo de limón.
¿Y qué hay los veranos en los que salíamos con mis abuelos? Habíamos ido a la piscina o incluso al cine o a las atracciones de la feria. Recuerdo nuestras batallas con globos de agua y nuestras visitas al locutorio para hacernos pasar por alguien en algún chat… ¡cuánto nos reíamos!
Y también recuerdo nuestras incesantes peleas, y lo mal que me sentía cada vez que se producían. Siempre os poníais la una de parte de la otra y me dejabais sola y triste. Y siempre volvía para pediros perdón y suplicaros clemencia, aunque considerara que no hubiera hecho nada.
No digo que nunca haya hecho nada malo, no soy fácil ni mucho menos. Estoy convencida de que yo también me equivoqué muchas veces. Pero a pesar de todo yo siempre os quise como a las mejores amigas que siempre creí que erais. Fueron muchos años y muchas aventuras.
Vosotras fuisteis y sois aun mi infancia.
Y luego crecimos, llegamos al instituto y cambiamos. Yo no me molesté en hacer nuevos amigos, porque os tenía a vosotras y creía que con eso ya me bastaba. Pero vosotras os hicisteis más atrevidas, empezasteis a pasar de los estudios y me dejasteis de lado. Yo no sé aun como fue, pero de repente nuestras peleas fueron cada vez mayores, y al final me encontré con amigas vuestras que iban en mi contra sin ni siquiera conocerme. Encontré a unas pocas personas que iban conmigo, pero aun así me seguía doliendo mucho la situación que se extendía entre nosotras. En el fondo siempre tuve la esperanza de que todo fuera una pelea más, como tantas otras habíamos superado, y que volveríamos a ser amigas tarde o temprano.
Con el tiempo me he di cuenta de cuan equivocada estaba. Y aprendí a superarlo. Conocí a más gente e intenté abrirme. No fue fácil, pues reaccioné demasiado tarde, y ya todo el mundo me veía como alguien enganchado a vosotras, alguien que no sabía relacionarse. Además no me lo dejasteis fácil, poniendo a la gente a en mi contra sin ni siquiera saber yo su nombre, e insultándome de lejos cuando me veíais por la calle.
Han pasado ya varios años. En este momento nuestros encuentros se limitan a pequeños momentos casuales en los que simplemente nos ignoramos, aunque yo aún conservo esa tensión de recordar lo que fuimos algún día y de comprobar una vez más cómo hemos cambiado.
Pero en general ya lo tengo superado plenamente… o eso creo. Porque hoy he visto como habéis colgado en una red social una fotografía de cuando éramos pequeñas. Una fotografía en la que salíamos las tres… y en la que me habéis recortado. Y sé que no me debería extrañar. Y sé que para vosotras eso ha sido lo más normal del mundo. Y sé que probablemente os habéis reído cuando me cortabais, pensando en lo fea que era entonces (nunca he sido muy agraciada, y menos de pequeña). Pero aun así me ha dolido.
Ya no pido que seamos amigas ni que hablemos como ex compañeras. Ni siquiera necesito que me digáis nada cuando nos vemos por la calle. Vosotras os tenéis la una a la otra, tenéis vuestra historia juntas de la que os podéis enorgullecer. Pero si me borráis de vuestras fotografías y de vuestros recuerdos, ¿qué quedará de mí? Estáis destruyendo mi infancia, y con ella la mayor parte de mi vida. Después de todo lo que hemos pasado, vuelvo suplicándoos una vez más: no me arrebatéis una tan gran parte de mi existencia.
No se trata de que hagamos un futuro juntas.
Tan solo os pido que no eliminéis el pasado que tuvimos, nuestra infancia.
Para V y L.
Me a gustado mucho, verdaderamente interesante y conmovedor.
ResponderEliminarCuando puedas te pasas por mi Blog y le das un hojo a lo que e publicado ;)! Exitos..
Gracias por pasarte, y me alegro que te guste :D Ya mismo me paso por el tuyo ^^
ResponderEliminarPrecioso esto que has escrito, y muy duro... Es una pena cuando crees que una amistad será para siempre y con el paso de los años se pasa a ser casi extraños...
ResponderEliminarUn Besito!!
Muchas gracias! Yo creo que se puede aceptar el distanciamiento, no es bonito pero se puede llegar a entender, pero que se cree una enemistad tan grande, solo por la diferencia de caracteres... en fín, es difícil superarlo. Me alegro que te guste!
ResponderEliminarUn besito.
Hola linda :), me gustó mucho lo que escribiste, y ¿sabes? me pasó algo muy parecido. Resulta triste los rumbos que toman esas amistades de infancia ,con las que compartiste tus años de dulce inocencia . Pero más triste es como esas personas que quisiste tanto se pueden desfigurar en el tiempo y resultar casi irreconocibles. Yo también cuando me los encuentro por ahí con sus miradas llenas de malicia, me pregunto ¿te olvidaste de todo lo que pasamos?, y aunque ya lo acepté, sigue siendo un ligero pesar en mi corazón. Un beso, un gusto seguir tu blog, que estés muy bien :).
ResponderEliminarHolaa! Desde luego es una situación difícil, aunque lo superes te sigue sabiendo mal... pero parece ser que hay personas a quien les parece fácil olvidar el pasado... la verdad yo no se como lo hacen :/
ResponderEliminarUn besito y gracias por pasarte!